Rodeado por las turquesas aguas del Mar Jónico, Corfú es una ciudad con una larga historia y famosa por su precioso casco antiguo declarado Patrimonio de la Humanidad. Es una zona de calles y pasajes estrechos entre los que encontramos preciosos palacios con influencias venecianas, francesas y británicas, culturas que dominaron la isla en el pasado. Al visitar Corfú veremos que, a pesar de que no posee grandes ruinas al igual que otras ciudades griegas, los importantes museos con gran número de piezas antiguas lo compensan. Dada la centrada situación de la ciudad en la isla, viajar a Corfú como punto de partida para explorar pintorescos pueblos y bahías de ensueño es una estupenda opción.
En nuestros viajes a Corfú apreciaremos una importante influencia veneciana visible en su cultura y edificaciones. Claro ejemplo son las fortalezas, tanto las antiguas como las nuevas que dominan la costa e invitan al viajero a disfrutar de las vistas que ofrecen de la ciudad y su entorno. Desde ahí podremos ver la joya de la ciudad, el casco histórico. Su núcleo es la Explanada y Liston, una plaza y un paseo popular entre elegantes edificios de estilo francés donde podemos descansar y relajarnos en una de las muchas terrazas con las que cuenta la zona. Si exploramos las calles del centro, entre las casas históricas llegaremos a la Iglesia de Agios Spyridon, cuya cúpula de color rojizo visible desde la lejanía es un auténtico símbolo de la ciudad.
Debido al pasado aristocrático, el turismo en Corfú fluirá entre elegantes jardines como el parque de Mon Repos, que a su vez alberga el Paleopolis (ruinas del antiguo Corfú) y palacios como el Achilleion, usada en sus inicios como casa de verano por la familia Habsburgo.
Para conocer Corfú hay que valorar qué tipo de playas queremos disfrutar, ya que la isla cuenta con más de 300 playas que cubren un amplio abanico, desde pequeñas calas poco conocidas hasta las famosas playas de la costa occidental como la de Paleokastritsa.