El río Vélez da el nombre a la localidad de Vélez-Málaga, una ciudad andaluza cuyo bello centro histórico ha sido declarado conjunto histórico-artístico. Los viajes a Vélez-Málaga son en su mayoría de sol y playa, pero también tienen una fuerte carga cultural y monumental. Su patrimonio arquitectónico estupendamente conservado, de origen mudéjar y barroco, cuenta con palacios, iglesias, conventos y calles pintorescas con rincones encantadores. Además, su emplazamiento cerca del río Vélez y de las montañas que la rodean la sumergen en un ambiente natural que se abre hacia el Mar Mediterráneo. En verano, viajar a Vélez-Málaga es una gran idea para disfrutar de un turismo de sol y playa. No obstante, es también de gran atractivo cultural por sus bellas muestras arquitectónicas. Cuando uno hace turismo en Vélez-Málaga descubre por qué su centro histórico está declarado conjunto histórico-artístico. En él se encuentran algunas edificaciones de suma belleza e importancia histórica, tales como el Palacio Municipal y la fortaleza árabe con sus murallas. El arte religioso se puede apreciar principalmente en la Iglesia de San Juan Bautista y la Iglesia de Santa María la Mayor, ambas con torreones visibles desde la distancia. Asimismo, el pueblo también conserva la Torre del Homenaje del Castillo, de gran interés cultural para aquellos que quieran conocer Vélez-Málaga. Para visitar Vélez-Málaga se puede recorrer sus 25 kilómetros de playa en las que uno encuentra hasta 9 diferentes. Algunas de las más bonitas son la Playa de Chilches o la Playa de Benajarafe, las más concurridas y abarrotadas en época estival. Por otra parte, la Playa de Bajamar y la Playa de Almayate están un poco más aisladas y donde suelen acudir turistas para practicar nudismo. En la zona urbanizada, la Playa de Torre del Mar es una de las más familiares y frecuentadas por turistas en verano. En cuanto a su gastronomía, este pueblo es famosos por la cultura del "pescaíto frito" en todos los restaurantes de la región.