Aínsa-Sobrarbe es un municipio de la provincia de Huesca, emplazado en lo alto de los Pirineos aragoneses. Reúne veintitrés pequeños núcleos de población que ofrecen al turista un sinfín de lugares para visitar, aunque es la capital, la Villa de Aínsa, la que guarda un conjunto patrimonial mucho más destacado. El pequeño pueblo está ingeniosamente colocado en la unión de los ríos Ara y Cinca, entre el Parque Nacional de Ordesa y el Monte Perdido, el Parque Natural de los Cañones y la Sierra de Guara.
Aínsa se encuentra en un importante cruce en el territorio pirenaico. El que fue el antiguo reino de Sobrarbe compone un magnífico exponente del urbanismo medieval. Cuenta con calles estrechas empedradas al estilo de las fachadas de la mayoría de los edificios del casco antiguo, lo que le concede una característica de pueblo de piedra. Haciendo turismo en Aínsa-Sobrarbe te encontrarás en la Plaza Mayor, presidida por el edifico del Ayuntamiento. Uno puede subir al Castillo de Aínsa para contemplar parte de la edificación de estilo románico original. Destacan en él la Torre del Tenente, que hoy tiene las funciones de un EcoMuseo, y el patio de armas.
Viajar a Aínsa-Sobrarbe significa también disfrutar de la naturaleza. Los Parques Naturales de Ordesa y el Monte Perdido, así como el Parque Natural de la Sierra de los Cañones de Guara, son el aliciente de gran parte de los viajes a Aínsa-Sobrarbe. Los parajes naturales que rodean la localidad le convierten en el lugar perfecto para escaparse unos días y disfrutar de las montañas y valles escarpados. Senderismo, escalada e incluso la espeleología son varias de las actividades que allí podrás desarrollar y que te permitirán conocer Aínsa-Sobrarbe de una forma activa y divertida.
Septiembre es uno de los mejores meses para visitar Aínsa-Sobrarbe. Se celebra la Reconquista de la Villa, una representación de la batalla entre moros y cristianos que tuvo lugar en la antiguedad.