Palos de la Frontera

Bañada por el famoso Río Tinto, conocer Palos de la Frontera es observar de primera mano la cuna del descubrimiento de América, que forma parte de la Ruta de los Lugares Colombinos, un conjunto histórico-artístico que tuvieron una especial relevancia en la preparación y realización del viaje al nuevo mundo llevado a cabo por Colón. Sus lagunas y marismas de alto valor ecológico son lugares estupendos para contemplar los atardeceres que, junto con un paseo por el casco histórico, nos lleva a recorrer monumentos y edificios con una rica historia mudéjar y religiosa. Los grandes atractivos turísticos de la ciudad giran en torno a la figura de Colón. Viajar a Palos de la Frontera es recorrer los pasos que el descubridor llevó a cabo para hacer realidad el importante hallazgo.

Hacer turismo en Palos de la Frontera es vivir en primera persona la travesía de Colón. Claro ejemplo son el Monasterio de la Rábida (donde rezaba Colón antes de emprender el viaje) y el Muelle de las Carabelas, con las impresionantes tres réplicas de los famosos barcos de Colón: la Niña, la Pinta y la Santa María. Los fanáticos de la historia, y más en concreto la del descubridor, pueden hacer una visita a la Casa Museo de Martín Alonso Pinzón, el que fue capitán de la Pinta.

Al visitar Palos de la Frontera tendremos la posiblidad de contemplar una arquitectura religiosa propia del sur, como es la Iglesia de San Jorge, de estilo gótico. Manteniendo la historia de Colón, se encuentra en el interior del Monasterio de la Rábida un museo con piezas que conmemoran el descubrimiento del explorador.

Aunque la mayoría de viajes a Palos de la Frontera se ven motivados por el contenido cultural e histórico, no hay que dejar de lado el elemento natural, ya que el Paraje Natural de Lagunas de Palos y Madres cuentan con un sendero botánico desde donde es posible observar su rica biodiversidad floral. Por otra parte, las Marismas del Odiel son un buen lugar para avistar aves y disfrutar de los atardeceres.