Visitar Santoña es acercarse a uno de los escenarios más icónicos de la costa cántabra. Es una localidad de espíritu marinero, puesto que la mayoría de su historia y su población están fuertemente ligados al mar y su actividad económica. La localidad es de gran interés histórico, acontecimientos tan importantes como la construcción de la carabela Santa María, la mayor de las tres embarcaciones que Colón usó en 1492 para arribar América, han ocurrido en su costa. También debes conocer Santoña por su amplia oferta gastronómica llegada del mar. Si tienes ocasión, debes probar sus famosas anchoas elaboradas de una deliciosa manera artesanal.Cuando viajes a Santoña quedarás maravillado con la Playa de Berria, de casi dos kilómetros de longitud en un paisaje espectacular lleno de encinas procedentes del Encinar del Brusco y el Buciero, y donde los amantes del surf hacen turismo en Santoña durante todo el año debido a la altura casi constante de sus olas.Lindando con el norte, las Marismas de Santoña aportan también una gran riqueza paisajística al pueblo costero cuyo primer asentamiento primitivo fue el de los godos ubicados en torno al puerto. Como edificios y elementos que componen su patrimonio se encuentra Monasterio de Santa María del Puerto, un templo clave en Santoña porque está tan ligada a la localidad como lo está mar.Antes de viajar a Santoña debes saber que sus fortificaciones junto al monte Buciero son estructuras militares antiguas que en su día defendían la ciudad de los ataques del enemigo y que, además, hoy tienen un gran valor por la cercanía de yacimientos prehistóricos en cuevas tan relevantes como 'El Abrigo del Perro'. En cuanto a tradición gastronómica, Santoña es uno de los principales puertos conserveros del Cantábrico y se ha hecho con el récord mundial de pesca, además de ofrecer dos de sus principales especialidad, el atún y las anchoas elaborados de manera artesanal y muy reconocidas a nivel nacional.