La capital riojana es una de las ciudades con más tradición enológica de España. Para conocer Logroño es imprescindible catar sus sabores gastronómicos, que incluyen los tonos del vino de La Rioja y de las bodegas de la región. La historia de la ciudad se encuentra ligada a sus viñedos y buena parte del turismo se mueve en torno a ellos. Sus rutas de pinchos por el centro, como la "Senda de los Elefantes", permitirán saborear sus platos típicos y conocer la animada vida social logroñesa, además de contar con la posibilidad de conocer su casco histórico medieval, que alberga impresionantes iglesias góticas y edificios renacentistas.
Los viajes a Logroño son ideales para realizar turismo enológico. Su amplia variedad de vinos y la tradición de sus bodegas permiten al viajero saborear los vinos de la tierra riojana, pudiendo visitar las más famosas de la región. Es el caso de las Bodegas Franco Españolas, de más de 125 años de historia. Si haciendo turismo en Logroño combinas el vino con sus famosos pinchos, podrás disfrutar de una experiencia gastronómica completa; algunos lugares, como los bares de la Calle Laurel, son ideales para todo aquel que busque saborear Logroño.
Explorar el casco antiguo permitirá al viajero visitar Logroño de una manera más profunda. Monumentos como la Concatedral de Santa María la Redonda, un impresionante templo del siglo XVI con dos imponentes torres situada en la Plaza del Mercado es muestra del patrimonio que puede llegar a ofrecer la ciudad, así como la Iglesia de Santiago, fechada también en el siglo XVI. Para los peregrinos del Camino de Santiago, viajar a Logroño es de suma importancia, pues es una de las principales paradas de la ruta.
Al localizarse a orillas del Ebro, Logroño es una ciudad con sendas zonas verdes. El extenso Parque de la Ribera es la mejor opción para relajarse cualquier tarde soleada.