Kris por el mundo
Fantástico
Local ubicado en una casa belga, de modo que ocupa la planta baja y el primer piso (en el cual tiene una pequeña terraza). Decorado con estilo, cuenta con una luz tenue que parece perfecta para acudir a cenar.
Los camareros son muy amables y la cocina deliciosa. No hay que dejar de probar un plato que tras varias explicaciones llegamos a la conclusión de que era algo de casquería, algo así como alguna glándula de la garganta. Dicho así suena fatal, pero estaba realmente rico.