Villa Verde
Cuando decidimos ir a pasar nuestras vacaciones a Isla Mauricio, supe desde el primer momento que no era un lugar para meterse en un complejo de 5 estrellas y hacer un par de excursiones con unas fotos para llevarse a casa de recuerdo. Sabía que tenía que conocer la isla a fondo y mezclarme con su gente, con sus colores, sus olores y sabores.
Por eso se me ocurrió la idea de alquilar una pequeña villa privada para pasar allí los nueve días y como complemento un coche para conocer la isla a fondo.
Pasé muchos días mirando varias posibilidades y varios lugares, como casas que estaban directamente sobre la arena blanca de la playa, otras sobre acantilados, otras apartadas de cualquier lugar habitado.. pero la que captó mi atención y de la que me enamoré a primera vista fue Villa Verde. En primer lugar porque la arquitectura de la casa es cien por cien mauriciana, las paredes de piedra y los colores de las ventanas. Segundo por la preciosa piscina con un fondo de piedra iridiscente que brilla con los rayos del sol y una vista de la laguna y del muelle de pescadores de las que hacen historia. Y tercero porque se encuentra en un pueblito muy tranquilo y seguro pero al que no le falta de nada.