Dora Nalino
El ángel del violoncello
El asiento de piedra, con alas que semejan las de una mariposa, fue el lugar ideal para hacerle de fondo a este violoncelista que tocaba realmente como un ángel. "El cisne" (Saint Saens) y "Meditación de Thais" (Jules Massenet) fueron algunas de las joyas musicales con las que deleitó a una numerosa audiencia callejera, que lo escuchó en un admirado y respetuoso silencio.
Él tocaba totalmente transportado y las expresiones de su cara denotaban el placer que sentía.