Porque no todo es historia, sino también belleza.
Aunque parezca mentira el destino en principio era Ávila, pero todo se fue al traste cuando, mi compañera de viaje, opto por Toledo. No se me ocurrió llevarle la contraria (risas).
El viaje fue todo un show porque quería llegar cuanto antes y tomamos la nacional y las curvas y el mal asfaltado estaban bien presentes.
Sinceramente nunca había estado en Toledo ni tampoco sentía necesidad de conocerla, ingenuo de mi al descubrir que no todo eran cuestas y cuestas, sino también historia (sinagogas, Alcazar, Catedral, etc).
Cansados de estrechas calles fue intuitivo salir de aquellas calles abarrotadas de gente y con el sol alzándose sobre nosotros optamos por ir al Mirador del Valle.