Valle de Kathmandu

En todo viaje siempre encuentras rincones únicos, experiencias irrepetibles y recuerdos imborrables.

Quizás lo que más recuerdos te deja, lo que más echas de menos al regresar son las personas que conociste durante tu viaje, los amigos que hiciste a golpe de Lonely y de inglés de Móstoles, los echas de menos sí, y especialmente si son de otra cultura.

Pero hay un pueblo al que le tomas especial cariño, con el que te sientes como en tu casa nada más llegar, como si fueran parte de tu familia, ellos los habitantes de Nepal, desde la región del Kachenjunga, del valle de Kathmandú, desde las estribaciones del majestuoso valle de los Annapurna, a las llanuras del Terai te reciben con la más sincera de las sonrisas y te ofrecen un lugar caliente para descansar.

Algo inaudito pasa en Nepal...., algo no del todo creible hasta que uno lo ve con sus propios ojos. El país vive encima de las montañas..! Acostumbrados a ir a las montañas y disfrutar de su naturaleza, casi siempre en un estado de soledad, falto del toque o "des-toque" humano, llega a ser extraño contemplar, como aquí el hombre vive totalmente integrado, en sus laderas , a las faldas y en los altos. Sus gentes se reparten la tierra para trabajarla, mientras asientan sus pueblos en las poquísimas zonas donde el suelo "parece" llano, digo parece porque con seguridad, sea el pueblo que sea, casi siempre está empinado, desnivelado.