Roberto Gonzalez
Naturaleza y asfalto
Una vez dejamos atrás Belfast, y de camino a la archiconocida Calzada del Gigante, conducimos por la que podría ser una de las carreteras más bonitas del mundo, la llamada Coast Road. No creo que exagere si digo que ese día el sol parecía brillar más para nosotros, para que pudiéramos disfrutar del intenso azul del mar o del envolvente verde de la hierba y la vegetación que parecen fundirse a nuestro alrededor al recorrer el camino de asfalto que nos llevaba al norte de la isla.
Por eso, si hay tiempo, recomiendo recorrer esta carretera secundaria en vez de ir directamente a Derry y de allí a la Calzada.
Leer más
+9