Amabilidad del lugar y sus gentes
Pedaleando por las colinas de Jeruzalem (Eslovenia) para conocer el mundo de sus vinos descubrimos este rincón. Nos atrajo su ubicación en lo alto de la colina dominando el entorno y sus verdes viñedos.
Descubirmos que era un restaurante y reservamos mesa. El lugar dispone de habitaciones pero su amable dueño nos ofreció su jardín para aparcar nuestra furgoneta con la que realizabamos nuestro viaje. Que regalo!
Al cabo de unas horas cansados por la larga ruta, aparcamos nuestra furgoneta entre los viñedos de la finca y acogidos por el silencio nos relajamos con sendas copas de vino de la casa (Chardonnay y Muskat) en una de las mesas de madera construidas a partir de una vieja prensa. Decoración realizada por el abuelo de la familia. Contemplabamos el atardecer mientras nos sumergiamos en la lectura.