Buena localización y habitaciones grandes.
Lo mejor del hotel es la localización, en pleno centro, muy cerquita de la entrada a la Medina (Puerta de Francia).
Las habitaciones son amplias, y el baño también. La cama es cómoda y las cortinas tapan perfectamente la luz.
Lo peor: en las habitaciones se puede fumar y huele a tabaco :(
Tiene pequeños detalles que demuestran que el hotel ha conocido tiempos mejores, y la decoración está algo desfasada, aunque se nota que cuando lo abrieron debió de ser un gran hotel.
Su restaurante está abierto al público. Durante el día entra el sol a través del techo de vidrieras, creando juegos