Arturo Sánchez Quiñones
El santuario de Kamaukura
En nuestro recorrido por los templos de Kamakura hicimos una ruta que nos llevó desde la estación de tren de Kita Kamakura en dirección al centro y la otra estación de tren de la ciudad.
Tras pasar varios templos budistas, llegamos a Tsurugaoka Hachimangu, el principal santuario de Kamakura.
Nuestra ruta nos llevó hasta el santuario por la parte posterior del mismo. Una zona mucho más tranquila que el resto del recinto, pero también una forma de llegar al lugar menos espectacular que si lo haces por su puerta principal.
Aunque como os digo llegamos al santuario por "la puerta trasera", también allí nos dio la bienvenida un torii rojo, una de esas puertas que indican la entrada a los santuarios japoneses y que delimitan el espacio sagrado.
Desde allí un breve paseo nos llevó hasta un lugar en el que los protagonistas eran lo barriles de saque regalados como ofrenda al santuario, algo que también habíamos visto en otros lugares como el santuario Meiji de Tokio.
La primera diferencia que encontramos respecto a los templos que acabamos de visitar es que en el santuario no hubo que pagar entrada. Y la segunda que si bien en los templos apenas nos cruzamos con algunos turistas más el santuario estaba muy animado.
Por todas partes había grupos de japoneses, algunas chicas vestidas con elegantes kimonos, gente dejando sus tablillas ema con las peticiones y utilizando las fuentes para purificarse. Hasta vimos unas preciosas niñas vestidas con kimono que según nos hicieron entender sus padres iban para celebrar su segundo cumpleaños.
El santuario, pintado de ese color rojo tan característico es el principal santuario de la ciudad. Abre desde muy temprano hasta las 20:30.
Además de visitar el propio edificio del santuario, situado al final de una elevada escalera que le da protagonismo, se puede pasear por los jardines que le rodean y sentarse a contemplar los estanques de lotos o cruzar los puentes rojos que pasan sobre ellos.
Un lugar atractivo y animado que poco tiene que ver con la calma de los templos de Kita Kamakura.
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