Una experiencia inolvidable
Cuando decidimos ir al Valle de Nuria nos subimos al coche y fuimos haciendo el recorrido hasta llegar a la localidad de Ribes de Freser y, a medida que nos acercábamos y comenzábamos a adentrarnos en los Pirineos, el paisaje se volvía más y más espectacular; más agreste y verde; más fresco y tranquilo.
Mientras buscamos un lugar para aparcar el coche fuimos subiendo hasta que pudimos dejarlo y tomar el tren en una pequeña estación llamada Ribes Vila en la que esperamos pacientemente la llegada del tren y a decir verdad son muy puntuales. El día no era de los más lindos, de a ratos salía el sol y a ratos llovía pero el entusiasmo por subir y conocer ese tan famoso valle borró todo lo demás. Por otra parte había muchos turistas y nos dimos cuenta de cuantos más había cuando nos preparamos para regresar.
Luego de unos minutos subimos al tren y nos acomodamos pero lo que veíamos era tan espectacular que no pudimos quedarnos mucho tiempo sentadas ya que el sacar fotos para traerme era mi principal objetivo. El recorrido pasa por varios túneles, puentes y partes de montañas sumamente escarpadas, mezclados con verdes y bellos paisajes, cascadas, bosques y sendas por las que veíamos caminantes con sus bastones, tanto grandes como niños, que hacían el recorrido por los senderos de la alta montaña. Llegar hasta allí e impactarse con la espléndida vista del monasterio ya es el primer impacto fuerte. En otro de mis rincones: La Vall de Nuria les conté la experiencia en el Valle, la visita al Santuario, la estación de esquí y la telecabina que nos llevó en medio de la lluvia. Fue otra experiencia inolvidable que aún guardo en mis retinas.


