A partir de aquí ya empezamos a ver ...
A partir de aquí ya empezamos a ver gente en las carreteras. Plantaciones, cosechas, pueblecitos y demás. Claro a estas alturas ya se puede vivir, el frío no te mata.
En el bus ya cundía la alegría por haber pasado uno de los tragos más dificiles y peligrosos de nuestras vidas; y es que cruzar la gran cordillera del himalaya en un bus que se rompía a pedazos desde Leh hasta Srinagar no es algo que uno se le presente todos los días.
Al estar más tranquilo, claro, ya dejé de hablar y empecé a disfrutar del paisaje que hasta ahora me había servido de somnífero para el miedo. No sin pocos problemas llegamos a Srinagar, después de sortear una manifestación del pueblo contra el ejercito hindú. Tiros al aire, pedradas al bus y todo lo que se puede imaginar uno en esta clase de cuestiones, nos retrasaron unas horas.