Dónde vamos Eva
Una panorámica de 360º
Uno de los mayores encantos que descubrimos gracias al paseo que hicimos en el tren turístico que recorre la ciudad y los bosques de Freudenstadt.
La torre del duque Friederich, que se construye en 1899 en honor al fundador de la ciudad, nos abre unas interminables vistas sobre el norte de la Selva Negra. Situada en territorio de balnearios en pleno monte Kienberg, toda una seña de identidad de la bella ciudad balneario.
Las panorámicas a 739 metros de altura son espectaculares, así como recorrer las entrañas de la torre a través de su interminable escalera de caracol que te deja sin aliento pero que una vez sales a sus miradores te olvidas de las piernas y solo quieres respirar este aire tan puro ;-).
La Torre se crea gracias a una asociación que conmemora el 300 aniversario de la ciudad y que pretende embellecer la ciudad construyendo edificios singulares. A lo largo de nuestro recorrido hemos descubierto que en esta zona funciona mucha este tipo de asociaciones que tiene como objetivo el embellecimiento y cuidado de las ciudades y espacios públicos, y se nota mucho, ya que cuando paseas disfrutas de espacios públicos muy cuidados y respetados por todos.
En las estribaciones de la torre se respira el que está considerado el aire más puro de Alemania, y eso supo aprovechar en un momento dado uno de los alcaldes más afamados de la ciudad al declararlo de utilidad pública y generar uno de los negocios turísticos más importante de la ciudad: termalismo y salud.
Nunca olvidaré las sensaciones que nos ha producido subir a esta torre y contemplar la belleza de los bosques y las praderas de la Selva Negra.
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