El gran reloj de Berna
Los suizos la llaman Zeitglockenturm o sea la Torre del Reloj. Y la llaman así desde que su construcción acabó, allá por 1120.
Al principio, su función fue meramente defensiva, ya que era la puerta de entrada a la ciudad, y formaba parte del sistema defensivo de Berna. mucho tiempo después, es decir unos cinco siglos, alguien decidió que su función debía alterarse y por ello ser embellecida, por lo que llamaron a Kaspar Brunner, uno de los mejores relojeros de la Confederación Helvética para que rediseñara el aspecto de la torre.
Con carta blanca en cuanto a fondos y diseño, el hábil mecánico del tiempo construyó un precioso y único reloj astronómico que marcaría desde ese momento la hora, el día, el mes y la posición del Zodiaco en relación con la Tierra, que en ese momento era considerada como el centro del Universo. ¡Vaya con la teoría egocentrista!
El sol, la luna y las estrellas, orbitando alrededor de la tierra, sirven de adorno al objetivo del reloj, dar la hora. El mismo sol atraviesa los 12 signos del Zodiaco en el curso del año y una pequeña abertura en un lado, casi imperceptible nos da el día de la semana..en alemán antiguo.
Aproximadamente 3 minutos antes de la hora, un gallo mecánico canta y anuncia el inminente cambio de las agujas. Inmediatamente después desfila un oso. Poco después desfila un oso que representa a la guardia y símbolo de la ciudad, luego canta el gallo por segunda vez. Suena una campana que da paso a Cronos, dios del tiempo, con su reloj de arena. Al desaparecer el dios, canta el gallo de nuevo y acaba el espectáculo de los autómatas.
Bajo la torre hay varios frescos que simbolizan la Creación y la expulsión del Paraiso de Adán y Eva y varias barras metálicas de colores, encastradas en la pared, que eran la medida oficial para la venta de telas y otros menesteres medievales que necesitaban ser rígidamente controlados para evitar la estafa de los mercaderes.
Una maravilla de la mecánica y de la historia de Berna.


