Carlos Olmo
Uno no puede irse de las cataratas...
Uno no puede irse de las cataratas Niágara sin subir a alguno de los barcos que te llevan al pie mismo de las cataratas para sentir toda su fuerza y mojarte, pero que mucho. Antes de subir al barco te dan un chubasquero de plástico, pero sirve de poco, porque con el viento generado por el agua, se te levanta y te mojas más todavía, así que mejor ir con un buen chubasquero y botas que resistan la mojadura. El barco zarpa del lado canadiense, se acerca a la catarata en el lado USA, y luego navega hasta el pie mismo de la catarata de la herradura en el lado canadiense, y entonces hace sonar la sirena, de ahí el nombre Blowhorn.
La actividad está incluida en el pase Niagara Pass, que incluye también toda la red de transporte público para acercarnos al resto de actividades, como el White Water Walk o el Cable Car.
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