TGNautica kayak

Junto a Tarragona, siguiendo la costa, hay un precioso bosque que ha sobrevivido a la tala inmobiliaria y al desajuste inmobiliario, un lugar perfecto para llegar caminando y disfrutar de dos magníficas playas y de un entorno natural idílico. Otra opción es recorrer la zona en kayac lo que te da la oportunidad tanto de hacer una buena ración de deporte, como de ver el poder de las olas chocando contra las rocas desde dentro del mar y sobre todo poder disfrutar de las cristalinas aguas del mediterráneo por estas latitudes.

Nosotros hicimos la actividad con Arnau de TG Nautica Kayak'https://www.tgnautica.com/kayak' 618218070 y nos encantó la experiencia.

No solo de romanos vive Tarragona, y buena prueba de ello son las distintas opciones sobre todo deportivas que se pueden hacer en la ciudad, tanto en tierra firme como en el mar. Nosotros escogimos este último medio para realizar un kayak en la playa de la Mora, muy cerca del castillo de Tamarit.

Fue Arnau, de TGNautica Kayak, el que se encargó de prepararnos una mañana de aventuras por las aguas del Mediterráneo, y, aunque no teníamos demasiada experiencia, tras una pequeña charla con las nociones básicas y de seguridad en la embarcación, ya estábamos preparados para saltar al mar. Durante nuestro trayecto pasamos por distintas calas y playas, muchas rodeadas de bosque, e incluso nos acercamos a conocer algunas pequeñas cuevas por las que puedes llegar a entrar.

Cuando en la costa de Tarragona se estaban construyendo hoteles, una marquesa que poseía la zona de la Mora (playas y bosque) decidió vetar el acceso al resto de la población, con el objetivo de salvaguardar la naturaleza salvaje de sus terrenos. Con los años las leyes han cambiado y ya se puede acceder tanto a las playas como a la montaña, pero su paisaje permanece todavía casi intacto a la mano humana.

Esto lo aprendí de Arnau, profesor de TGNautica Kayak, que mientras navegábamos por la ruta pirata nos explicaba qué veíamos.
Antes de meternos en el agua, hicimos una pequeña clase de seguridad en la orilla para aprender a remar correctamente. Estuvimos cerca de 3 horas que pasaron volando porque disfrutamos como niños (carcajadas incluidas).