¡Anda que no me sorprendí yo cuando fui c...
¡Anda que no me sorprendí yo cuando fui con unos amigos a Narita!
A todos nos suena este nombre por el aeropuerto internacional por el que se entra al país, pero resulta que la localidad es un precioso pueblo que todavía conserva viviendas y comercios tradicionales de la época Edo.
Cuando sales de la estación a mano izquierda ya se puede ver la calle que conduce al templo principal del lugar, y que es famosa por los restaurantes de anguila. Puedes ver allí mismo como las sacan vivas de un balde y las preparan en un momento delante de tus ojos (esto impresiona).
Si eres capaz finalmente de avanzar entre tanta tienda y restaurante tentador, llegarás al templo que te dará la bienvenida con su enorme portón de madera.