Una buena experiencia budista en el centro de Seúl
Jogyesa es un templo budista en el centro de Seúl. Se trata de un remanso de paz. Y vaya si lo es… se halla junto a casas de té, rascacielos, tiendas de comida rápida y el indómito río Han. Los ritos centenarios y parsimoniosos en estos recintos son el contrapunto al bullicio de una ciudad capital muy ocupada en dar forma a su identidad moderna. Para un occidental, no acostumbrado a estos ritos, la verdad es que impresiona; a pesar de que el templo, en sí mismo, no es grande.
A la entrada del templo, lo primero que llama la atención es la presencia de varias acacias con, según cuentan, más de 500 años. Y todavía son útiles: ¡siguen dando sombra!
El centro del templo es el edificio Daeungjeon, donde se encuentra la estatua de Seokgamoni. Por lo visto, el amigo difundió la Verdad, según la cultura budista, y es por eso que se ha ganado el sitio central en el templo.