La mejor vista del Norte
He subido a muchos miradores a lo largo de mis viajes por el mundo. A algunos he subido a pie, a otros en coche o autobús y a otros, como en este caso, en funicular, pero quizá para contemplar la mejor mejor vista de una ciudad como Tromsø, encajonada, como la isla de Tromsøya en la que se encuentra, entre las montañas y bañada por el fiordo, nada mejor que subir en teleférico hasta lo más alto del monte Storsteinen de 421 metros.
Menos de 5 minutos se tarde en recorrer el trayecto desde su base hasta la terminal, donde lo primero que hay que hacer, por supuesto, es correr hacia la plataforma suspendida que nos regala una vista impresionante y única de un entorno que parece sacado de una película, como si de un decorado se tratase.
Desde arriba podemos ver la sencilla pero cautivadora Catedral del Ártico, el puente Bruvegen o Polaria, o sencillamente el contorno y forma de la ciudad rodeada completamente por montañas nevadas y agua.
Luego, y tras decenas de fotos a cual más hermosa, podemos ir dentro del restaurante a tomar algo que caliente nuestro cuerpo y aventurarnos por alguno de los senderos y rutas de excursionismo que recorren la cima.
Un consejo: hay que tomar el autobús número 26 y comprar un combinado autobús más funicular para ahorrar unas buenas coronas.


