Kris por el mundo
Para coger fuerzas
Tras dejar el autobús y subir andando hacia el templo Haeinsa, uno de los más importantes y atractivos de Corea del Sur, la verdad es que apetece tomar algo. Uno podría esperar un lugar donde los protagonistas fueran los zumos o los refrescos.
Pero es que a los coreanos les gusta tanto el café, que hasta en mitad del bosque, en un lugar de paso hacia el templo, hay un bonito café con una terraza exterior. Basta entrar al local para notar el intenso aroma a café recién molido e imaginar el placer de sentarse en invierno junto a la estufa tras haber visitado el templo y regresar colina abajo con mucho frío en el cuerpo.
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