Rincón mágico con el apodo de un rey
Considerado como un rincón mágico en el oeste de la ciudad la plaza lleva el apodo con el que se conocía al joven Rey Enrique IV y que se puede ver tanto andando como navegando por el río. Considerado como un tierno y pintoresco monarca Enrique IV hizo mucho para embellecer París en los comienzos del siglo XVII y su popularidad llega hasta nuestros días. Desde aquí hay espléndidas vistas del Louvre y de la orilla derecha del río Sena donde el monarca fuera asesinado en el año 1610. Este lugar es también punto de embarque de los placenteros barcos de paseo que pasan por debajo del Pont Neuf