Las bodegas y las fuentes
Como una columna vertebral que mantuviera firme y llena de vida a la ciudad de Berna, y que la dividiera en dos partes en perfecta armonía a la izquierda y a la derecha, la arteria central de la ciudad podría fraccionarse en dos partes.
Spitalgasse es el primero de los dos tramos de esa columna peatonal que conserva todo su sabor medieval, salpicado tan solo aquí y allá por los carteles que anuncian las tiendas que ofrecen los más variad productos.
Lo más que impresiona, a primera vista es, sin duda, las bodegas de las antiguas casas medievales, que eran carboneras y que dando a la calle con grandes y antiguos portones se han convertido en la actualidad en boutiques, salas de arte o incluso clubes de jazz o cabarets.
Por supuesto que uno de los principales atractivos de la ciudad, las fuentes, no pueden faltar en esta calle, con ejemplos tan hermosos como la Pfeiferbrunnen, o la Fuente del tocador de Cornamusa que se remonta al siglo XVI.
Pastelerías, tiendas de ropa de todo tipo y estilo, de recuerdos, de quesos y de vinos, diseñadores nacionales y alguno que otro más conocido a nuestros ojos, o pequeñas tiendas de artesanía de las montañas, van jalonando los lados de este paseo, más que calle que poco a poco nos va embrujando y haciendo que nos enamoremos más de la preciosa Berna. Todas ellas, por supuesto, guarecidas del sol, la nieve o la lluvia por los soportales o lauben, que le dan aún más encanto si cabe. La segunda parte del paseo es aún más sorprendente.....
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