Poco monumento he visto en Soria...
Poco monumento he visto en Soria (aparte de los de Calatañazor), y no porque no los haya, sino porque ya llegamos tarde a la ciudad, y ya habíamos visto lo suficiente en una semana entre Ávila, Valladolid y Salamanca; hay que ir alternando eso con las marchas autóctonas (que eso, por lo menos para mí, es algo bastante importante de la ciudad) y como ésta es la última para del viaje antes de volver a casa, pues hoy, de copitas por Soria.
Empezamos tapeando por el centro, Soria ofrece una gran variedad de sitios de tapeo y vinito, en la plaza (además, son muy dados a estar en la calle, por lo que las mesas de exterior están todo el año); aquí tomamos un par de cañas y tapas, y de aquí a algo más serios, unas raciones de setas al ajillo, o unos tigres de escándalo y así unas cuantas, (que luego seguro que castigamos el cuerpo, y cualquier energía es poca).
De aquí, nos movemos hacía una zona de marcha que tiene la ciudad, en la que abundan los bares, pubs, hay karaokes y un poco de todo para tomarnos unas copillas y bailar un rato entre buenos amigos y mejor gente todavía, (aquí se hace muy difícil, casi imposible hablar, así es que como dirían en “Fama”: - A Bailar!
Y así estuvimos en unos cuantos garitos del lugar (unos más petardos, otros con más gracia, unos más freaks, otros más ruidosos), eso sí, todos, todos, animados. Vamos, que nosotros terminamos con la marcha, mucho antes de que la marcha terminase en la ciudad.
Un ambiente cojonudo, una gente muy maja y una marcha……sin fin. (de ahí las pocas fotos,… “pa” la próxima).


