Un encalve mágico
Me encanta viajar en coche, ocurre que cuando viajo sin prisas, a mi ritmo, sin rutas predeterminadas, descubro lugares insospechados que esconden toda su belleza para el viajero que se atreve a pasar por allí y pararse.
De camino a mi escapada al Valle d'Aran, mientras conducía plácidamente, no pode evitar fijarme en este bello enclave que de golpe me enamoró, por su sencillez, por su extraordinaria belleza, pero sobre todo por su humildad en medio del increíble paisaje de la Ribagorza oscense.
Por eso, decidimos hacer una parada, ya que no teniamos prisa y visitar este pueblecito, donde sobresale la joya románica del Monasterio de Alaón (S. XI).