Este restaurante se encuentra en el...
Este restaurante se encuentra en el barrio de Cimadevilla, que es muy popular para salir a tomar unas sidras y está repleto de restaurantes y chigres (o sidrerías).
El local no es muy grande; a la izquierda de la puerta de acceso se encuentra la zona de bar-sidrería y a la derecha el comedor, que está separado del bar por unos biombos para darle un poco de intimidad, pero tiene unas 6-8 mesas solamente a pesar de lo que puede parecer desde fuera, pues tiene una amplia fachada con cristaleras.
El local está decorado en una mezcla entre rústico y moderno, con unas curiosas pinturas en el techo con motivos vegetales.
Ofrece una cocina típica asturiana, especialmente arroces, pescados y mariscos, dado que se encuentra en el barrio más marinero de Gijón.
La verdad, la comida es de muy buena calidad; yo cuando estuve pedí un entrante para compartir y luego nos prepararon un pescado al horno (grande, para 2 personas) que estaba para chuparse los dedos. Salimos a 40€ por persona, con una botellita de vino, ya que la sidra no me gusta mucho...
Me pareció caro, sobre todo teniendo en cuenta que elegimos este restaurante porque nos gustó mucho el menú del día que anunciaban en una pizarra colocada en la fachada (incluso el menú era 3€ más caro que en el resto de las sidrerías de los alrededores).
Pero me pareció fatal el trato recibido, pues después de tener que esperar casi una hora en la barra hasta que quedó una mesa libre, cuando nos acomodaron nos dijeron que a esas horas ya no daban menús (en ningún sitio indicaba horarios para el menú del día).
Me parece que eso se debe indicar porque me sentí engañada a traición (eran ya las 15.30h y sabían que no íabmos a irnos a otro sitio). Así que... Bonita forma de hacer caja. A pesar de que la comida estuvo muy bien, no pienso volver.