Imprescindible
A medio camino entre Ribadesella y Llanes encontramos esta sidrería de la que habíamos leído muy buenas críticas en distintas redes sociales. Habíamos hecho reserva y, a juzgar por la gente que fue llegando al comedor, creo que algunos días resultará imprescindible.
Nuestra mesa era una de las que se encontraban en el interior de unas grandes barricas de madera, lo que creaba una atmósfera reservada y muy original, aunque el comedor principal tenía también muy buen aspecto.
De la variedad de platos que pedimos, ninguna objeción, raciones muy abundantes, servicio correcto, carnes a la brasa bien tratadas, precios adecuados a la calidad...