Al fondo de un profundo fiordo
Los colores, las formas, los jardines, los olores, la unión del mar, la tierra y los ríos...Seydisfjordur aúna en sus casas y en su entorno la primera y agradable impresión que los visitantes que llegan en ferry desde el continente europeo por mar.
Encajada entre grandes macizos rocosos, que la convierten en uno de los puertos más resguardados e importantes del país, fue su localización la que impulsó su desarrollo y riqueza durante el pasado siglo, de la que son muestra las coquetas y coloridas casas de madera y una iglesia que parece salida de un cuento de hadas. Esta singular arquitectura, fue levantada por comerciantes noruegos, que atraídos por la floreciente industria de la pesca del arenque se establecieron en este precioso fiordo.