Tan impresionante como difícil de llegar
Muchas veces me pregunto si la la experiencia del viaje es realmente el lugar al que vas o la gente con la que compartes el viaje. Soy de los que cree que hay viajes para compartirlos con uno mismo, y otros viajes que son para compartirlos con alguien mas. Viajar es descubrir sitios, experiencias, descubriese a uno mismo o descubrir a las personas con las que viajas.
Este definitivamente es un lugar para compartir con alguien, ya que mas que un lugar, es toda una experiencia. Llegar allí es una excursión de aproximadamente una hora a pie y conlleva aparcar en el pueblo mas cercano, caminar como 800 metros por una carretera, pasar por un grupo de casas hasta una pradera que da paso a un pinar. Aquí es donde comienzas a sentir la paz del lugar, atravesando el pinar a la derecha se abre un camino escarpado que donde comienza la bajada hacia la cala. El descenso es vertiginoso, comienza como un sendero cualquiera hasta que de un momento a otro aparece a la vista la impresionante cala. Los pescadores han instalado cuerdas y escaleras para ayudar el en el descenso, llegando a bajar por paredes verticales de roca ayudados por una cuerda. La recompensa no tarda en llegar, unas impresionantes vistas, un mar color esmeralda flanqueado por una impresionante pared de piedra vertical, y garantía de una cala solitaria en pleno agosto.
