Explosión de vegetación en las 4 estaciones
Es uno de los senderos que más suelo transitar en mis salidas al monte, ya que está en el propio Eibar, especialmente cuando quiero dar una vuelta rápida para despejarme y sudar un poco. La primera parte del mismo no es muy conocida y transitada, y corre el riesgo de cerrarse con la maleza de aquí a no mucho tiempo, esperemos que no sea así.
Se coge el sendero en plena última rampa de la carretera que va desde el barrio de Ubitxa al Complejo Deportivo Unbe, justo a la par de una entrada de cemento a mano derecha, hay que coger a mano izquierda un sendero bastante cerrado que comienza rápidamente a ascender. El comienzo es fuerte, el sendero es muy estrecho ya que hay mucha vegetación y el agua ha hecho un gran surco, pero es transitable, e ideal para romper a sudar muy rápido. Lo bueno, que en un par de zig-zags muy pronunciados, primero a izquierda y luego a derecha, se llega a un cruce de caminos conocido como Altamira Goikoa, el nombre viene de un caserío próximo a dicha zona. Esta primera parte del sendero es la más desconocida y menos frecuentada, ya que hay otro camino más ancho que sube desde la parte alta de Unbe y enlaza en este punto; es por ello que poco a poco se está cerrando, la extensa vegetación está invadiéndolo, pero todavía es muy transitable y como digo, es ideal para ponerse un poquito a prueba y para transitar en soledad por él, ya que es difícil encontrarse con mucha gente por el mismo. Es una zona en la que en mañanas frías y húmedas, con niebla baja, debido al rocío, se forman numerosas telas de araña en árboles y plantas del sendero, es un auténtico espectáculo, ideal para amantes de la fotografía.
Una vez el sendero desemboca en la mencionada planicie, para subir hasta la zona de Asurtza hay que caminar una veintena de metros hacia la derecha, y coger una fuerte pendiente a mano izquierda, por un camino muy desgastado en el que han aflorado muchas piedras bastante afiladas. Desde allí, la subida prosigue, con algún que otro repecho, aunque el desnivel es en general más suave y llevadero, y el camino es también más ancho y transitable, se va mucho más cómodo y es frecuente encontrarse con otros montañeros o gente en mountain-bike, ya que esta parte de la ruta está marcada para bicicleta de montaña. En las esquinas de este nuevo camino el rocío también hace de las suyas, y hay que destacar que esta zona es una zona siempre muy húmeda, aunque no haya llovido en mucho tiempo, es normal que haya charcos y barro, llama bastante la atención. El camino discurre en gran parte por sitios sombríos, mayormente entre pinos, hayas, castaños y robles, con lo que la variedad de hojas y colores está asegurada, pero también hay alguna que otra curva del camino despejada, lo que nos permite obtener una panorámica muy abierta sobre las montañas que rodean a Eibar.
Destacar la fuente que nos encontraremos justo antes de enfilar el último duro repecho del sendero, una fuente que rara vez no tiene agua, incluso en época de intensa sequía. Se sitúa en un vértice muy pronunciado del camino, y os puedo asegurar que el agua está bien rica y fresca, mana directamente del arroyo que baja de la zona de Galdaramiño. Desde allí, ya sólo quedan 10 minutos como mucho de dura subida, donde el sendero se vuelve a estrechar en alguna zona, antes de salir a la carretera en Asurtza, zona que se conoce con ese nombre por el caserío así denominado que podemos encontrar un poco más arriba. Esta carretera sube desde Plaentxi hasta esta zona de caseríos, donde hay también varias sociedades, chabolas y txokos donde viene la gente a pasar el rato en pleno monte con sus amigos, familia...alejados del ruido de Plaentxi y Eibar.
En total, hablamos de un paseo de 45 minutos-1 hora, dependiendo de la marcha de cada uno, con un desnivel cercano a los 400 metros, con unos repechos considerables, sobre todo al principio y al final, aunque apto para todo el mundo, andando con un poco de precaución en las zonas donde afloran las rocas, ya que suele estar resbaladizo. Ideal para ir en cualquier época del año, ya que la vegetación y los tonos verdes y marrones tan característicos de los paisajes de pinos de Euskadi está más que asegurado; en primavera con la floración hay mucho color y la flora de la zona está a tope de expresividad, y en otoño la fiesta de colores es máxima, con el atractivo adicional de las setas, ya que es una buena zona para su recolección. Por cierto, con nieve el sendero es un puntazo, aunque algo peligroso y resbaladizo, el manto blanco sobre tanta vegetación crea una formas realmente caprichosas.
Por cierto, desde Asurtza, punto final de este sendero, se asciende fácilmente en cuestión de 15 minutos a la coqueta y escondida cima del Monte Topinburu, de 590 metros de altitud, con lo que su ascensión puede ser ideal para completar una bonita excursión montañera por los alrededores de Eibar.
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