El Santuario más bonito del norte de Tokio.
El Santuario Susanoo es sin duda alguna mi sitio favorito de la zona de Arakawa, al norte de Tokio. Es también uno de los más grandes y más completos, ya que tiene tres salones principales, un gran árbol en el centro, un estanque con peces y dos salas de té.
Lo primero que puede observarse al ingresar es la puerta de entrada hecha de concreto. La bandera japonesa ondea detrás de ella hasta que es bajada a las cinco de la tarde por los empleados del lugar. Un poco después se encuentra el altar principal, que con tonos rojos, dorados y marrones realmente impresiona por su tamaño, sus detalles y su belleza. Lo que más me gusta de Tokio es que incluso en lugares que podrían parecer un poco aburridos (como la zona de Arakawa), de pronto aparecen sorpresas que uno nunca imaginaría. Es definitivamente el caso del Santuario Susanoo.
En el gigantesco árbol al centro del santuario se encuentran las tablitas que los fieles llenan con buenos deseos, y que son incineradas al final de cada día. Si quieres escribir una, cuesta 500 yenes (poco más de 4 euros), y hay un experto en caligrafía japonesa que puede ayudarte si quieres hacer alguno de los complicados “kanjis” con los que se escribe el idioma nacional.
Recomiendo visitar el Santuario Susanoo al punto de decir que merece la pena viajar hasta Arakawa solamente para entrar a observar sus detalles.
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