Templo Meiji Jingu o como saber que es el silencio
Nos adentramos en nuestro segundo día por la mañana en el metro y fuimos al Templo Meiji Jingu, a pocos pasos de la estación de Harajuku está el Torii que más me sorprendió, no se si por su belleza, por que era el primero que veía o porque era enorme, pero al pasar por él (este Torii nos indica que había un templo cerca) pude saber lo que era el silencio, sólo se escuchaban los pájaros y el sonido de las zapatillas de las personas que nos adentrábamos.
Una vez en el camino, vimos con gran entusiasmo unos toneles de vino francés a un lado (fueron regalados al gobierno japonés por los franceses ya hace muchísimos años) y al otro y casi enfrente, toneles de Sake (estos fueron puestos por los japoneses después porque no podían ser menos, los entiendo perfectamente). Unos pasos más adelante pudimos ver el templo al fin, y a su izquierda antes de entrar, una fuente en donde los lugareños se lavaban para entrar puros al templo (muy interesante ver como se purifican y cuales son sus costumbres).
Dentro del templo verás multitud de gente pero sin apenas ruido (igual de sorprendente que en el metro) y aquí podrás ver como la gente pide gracias a unas tablillas que ponen en ciertos lugares y si eres muy afortunado, podrás ver hasta bodas sintoístas (muy diferentes a las de nuestro país y diría que incluso más eficientes y rápidas).
Si tienes tiempo te recomiendo que visites unos jardines que hay al lado del templo que tiene como principal referencia un pozo donde si te ves reflejado dentro de él es significado de suerte para la posteridad, así que ya sabes, prueba y muchísima suerte.


