Las tres cosas que más me gustaron de ...
Las tres cosas que más me gustaron de la capital onubense fueron: El Monasterio de la Rábida, el Muelle de las Carabelas, y este Santuario, todos ellos ligados a la historia del descubrimiento de América por Colón. Aquí vino Cristóbal Colón a rezar y dar las gracias tras su viaje a América, por una promesa que hizo.
El Santuario se encuentra en una de las zonas altas de la ciudad, en el Conquero, al que hay que subir en coche. En la cuesta de subida se halla el Humilladero de La Cinta, que parece fue construido en el mismo lugar en que se encontraba la anterior ermita que destruyeron los árabes. El acceso se realiza a través de una gran plaza, que hace las veces de mirador de la ciudad y de las marismas del Odiel. El edificio es gótico-mudéjar del siglo XV (aunque reformado posteriormente), revestido de una inmaculada cal blanca.
Nada más entrar al recinto se encuentra el "Patio Claustral Obispo González Moralejo" en cuyas galerías porticadas hay diversas placas conmemorativas y mosaicos de azulejos. En una de las esquinas se alza una espadaña de dos pisos. Frente al acceso a este claustro se hallan tres puertas del siglo XVI formadas por arcos apuntados de ladrillo encuadradas en alfiz, siendo la central la que da acceso a la iglesia.
La iglesia tiene planta rectangular, con una nave principal y dos laterales con capillas, separadas por tres arcos apuntados. Lo más destacable es el retablo del altar mayor, barroco, en el que se encuentra la imagen (en una pintura mural) de Nuestra Señora de La Cinta, patrona de Huelva, también conocida como "La Virgen Chiquita", que tiene al Niño desnudo y sentado en su regazo. En una de las capillas laterales está la Virgen en escultura, hecha en madera policromada en el siglo XVIII, que es la que procesiona hasta la Catedral durante las fiestas de La Cinta, en Septiembre. Otros elementos a destacar son el coro del siglo XVIII, y los azulejos realizados por Daniel Zuloaga (que también dejó muestras en un edificio de León) en los que se representan escenas marineras y de la vida de la Virgen.
El santuario está rodeado de unos cuidados jardines, en los que también hay un monumento dedicado a esta Virgen, erigida sobre un pedestal en bronce por Antonio León Ortega en 1977. En uno de los extremos se encuentra la "Plaza de los Capellanes" con rosa de los vientos en el centro y una pequeña capilla al aire libre dedicada a La Cinta, todo ello revestido de preciosos azulejos.
Este Santuario fue declarado Bien de Interés Cultural en Noviembre de 1.993, como Monumento Histórico Artístico.
Desde luego, este sitio es un remanso de paz que merece la pena ser visitado. Además, es gratis.
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