Santuario de Arantzazu

Con la llegada del invierno, que mejor de dar un “fuerte” paseo matinal, y para ello saliendo desde Oñate, hasta el Santuario de Aránzazu y regreso a Oñate, un recorrido de 20 kilómetros, que para uno “urbanita” que no es caminante lo pudo terminar dignamente.

El día fue muy soleado y la vista del paisaje fantástica con lo que pude hacer algunas fotos de concurso, lo malo fue que en todo el recorrido y quizás porque fuera lunes no encontré ningún bar abierto que poder tomar algo.

Si me llamo la atención el rótulo que me encontré en el Santuario y lo copie literalmente al tratarse de un sitio que fue destruido tres veces y reconstruido en su totalidad.

Forma parte de la Ruta de los Tres Templos: La Ermita de la Antigua (Zumárraga), la Basílica de Loyola y el Santuario de Ntra. Sra. De Arantzazu (Oñati).

Situado en lo alto de una pequeña carretera de montaña del macizo de Aitzgorri. Es un claro ejemplo de arte vasco contemporáneo, muy arriesgado para aquella época.

Diseñado por Sainz de Oiza y Laorga, y en el que también participaron artistas tan importantes del siglo XX como son Jorge Oteiza (autor de los 14 apóstoles), Chillida (autor de las puertas), Lucio Muñoz (autor del retablo) y Néstor Basterretxea (autor de las pinturas de la cripta).

Lo más impresionante de este Santuario es su descomunal arquitectura sobresaliendo al final del valle. Por encima de todo, una torre, rodeada de pinchos de piedra, simulando un espino y dentro una basílica inmensa con un ábside iluminado por luz natural donde está coronado un retablo de madera y por último una cripta de murales que no dejara a nadie indiferente.

Un monumento que tanto por su propio diseño como por su localización merece la pena la visita.

El Santuario de Arantzazu, esta situado a 9km del pueblo de Oñati, Guipuzcoa. Esta muy bien indicado.

En este precioso lugar, se puede disfrutar de las magnificas vistas de los montes y flora del lugar al igual que de las esculturas y demás creadas por diferentes artistas como Chillida y Oteiza.

Desde allí podemos también emprenden el camino hacia diferentes montañas y rincones de los alrededores al igual que disfrutar de una buena gastronomía en los diferentes bares y hoteles.

Un lugar mas que recomendado.

Punto de partida para preciosas rutas por los prados de Urbia y las montañas de la cresta de Aizkorri.
Es un espacio arquitectónico diseñado para contemplar el entorno natural con una ambientación sonora de cánticos religiosos, perfecto para dirigir la mirada al interior de uno mismo después de pasar un dia en la Naturaleza.

Arquitectura modernista. Por dentro la nave es casi diáfana. Cuando la visitamos no pudimos verla en su esplendor y que hizo un día gris y no entró ningún rayo de sol para hacer juegos de colores. El paisaje es precioso.