Apoala, un pueblo con encanto natural.
Santiago Apoala es un lugar pocas veces visitado en Oaxaca, sobre todo por la lejanía respecto a la ciudad capital, sin embargo es una experiencia que vale totalmente la pena si te gusta el turismo rural y descubrir esos pueblos con encanto característico de Oaxaca.
La información básica que puede servirte en tu viaje es el tiempo de viaje, que es cercano a las 3 horas y media y el costo del transporte, que no excede los 100 pesos por persona partiendo de Oaxaca a Nochixtlan y desde ahí hacia Apoala. En caso de que desees viajar auxiliado por un guía local el costo es de 30 pesos por cada media hora y en alimentos puedes gastar 120 pesos por persona al día. El hospedaje es económico y una confortable cabaña ronda los 500 pesos para 6 personas.
El trayecto a Apoala es muy variado, tendrás carreteras en perfecto estado y algunos tramos dificiles en terracería, pero toda la ruta es interesante y se disfruta en extremo. La naturaleza te acompaña durante las 3 horas de viaje, pasas muchos pueblitos con elementos agradables y extensos campos de cultivo, además de un mirador escondido que será una agradable sorpresa, pues te depara una vista increíble de Apoala en la que creerás que estás ante una fortaleza amurallada por la mano de un ser superior, pues las montañas de roca solida rodean al pueblo como si fueran sus protectoras.
Las personas locales y los viajeros nos platicaron sobre atractivos como la cueva del diablo, las grutas, la cascada y las cabañas en el parador turístico. Así que la variedad está garantizada. El pueblo es pintoresco al máximo, cuenta con una modesta Iglesia y un palacio municipal muy vistoso y el río que lo cruza termina poniendo el toque para sentirte en un lugar atrapado en el tiempo.
Para comer te recomendamos el amarillo con ejotes, lo van a compañar con tortillas recién hechas y un delicioso café. A partir de aquí nos dieron dio la opción de hacer el recorrido acompañados por un guía local o hacerlo solos ya que el camino es seguro y la cascada fácil de ubicar; como buenos viajeros optamos por la opción a nuestro ritmo y valió la pena para tomarnos un tiempo explorando, haciendo fotografías y admirando el paisaje con toda calma.
El atractivo principal de Apola es la cascada, que se encuentra en la parte baja del río. Desde el momento en que te acercas el ruido es sobrecogedor, y cuando te paras frente a tal caída de agua el asombro será grande, la brisa en el rostro y el marco rocoso en que se encuentra la cascada nos recordaron lo pequeños que somos cuando la madre naturaleza nos recuerda su poder.
Continuamos el recorrido por los alrededores, en donde observamos flores, árboles frutales, el río y las pozas para nadar, donde por cierto el uso de cualquier tipo de protector solar o repelente está prohibido por respeto al equilibrio natural. El lugar para nadar es tranquilo y hay espacio para un día de campo entre amigos o familias.
Una recomendación personal es que viajes cuando no sea temporada de lluvias, nosotros acudimos en plena temporada y no pudimos entrar al agua por que debido a la fuerza del agua el caudal es turbio y peligroso, en temporadas normales puedes disfrutar de tonos azules en el agua y corrientes tranquilas, además de que podrás entrar a las grutas sin riesgo de lastimarte.
Un atractivo que queríamos conocer con ansias era la famosa cueva del diablo, pero no pudimos, requieres equipo de alpinismo y experiencia en escalada para que te permitan hacerlo y aún así te asignan asesoría profesional para que lo hagas. Con tantos cuidados y advertencias parece que la cueva ya ha hecho honor a su nombre.
Si te das la oportunidad de visitar este hermoso lugar, recuerda consumir local, apoyar la conservación natural y la limpieza con buenas prácticas como viajero y recomienda todo lo que te haya gustado para generar visitantes a Oaxaca.
Apoala, totalmente recomendado si lo tuyo es el ecoturismo, turismo de observación o turismo rural. Te va a encantar.