No os dejará indiferentes
Uno de los rincones más apetecibles que he encontrado a lo largo de la geografía española es este pequeño pueblo situado en las rías baixas de Galicia.
San Vicente do mar tiene todo el encanto de cualquier lugar arropado por el mar y cuenta con todas las comodidades de una ciudad. Una decena de playas y calas se reparten a lo largo del camino entre este pueblo y A Toxa y también hacia Sanxenxo, aunque mis favoritas son las locales: Raeiros, la Lapa, La Barrosa, Farruco...
Acostumbrados a la marea humana que en verano acude en bandada a donde va Vicente... Es destacable la tranquilidad de esta villa, que aunque flanqueada por lugares tan conocidos como Sanxenxo o A Toxa, no recibe a tantos veraneantes ni turistas.
Lo que más me gusta sin lugar a dudas es la posibilidad de comer en restaurantes como O´Farruco o Marcial y ponerte ciego de marisco a un módico precio y con una calidad máxima, eso si no te llevas el bocadillo y la nevera a la playa, claro.
La noche es mágica... En el Naútico se reúne todo tipo de fauna, llegan desde todos los rincones y de todas las edades. Todos los días hay una programación de conciertos y actuaciones que jamás pensaríais que tuvieran lugar en un local tan escondido. Los Ronaldos, Pereza, Iván Ferreiro, Luis Piedrahita o el desaparecido Antonio Vega han sido citas obligadas todas las épocas estivales en San Vicente.
Si os apetece pasar unas vacaciones perfectas no os lo penséis más, este pueblo no os dejará indiferentes, hay mil actividades que podéis desarrollar: hípica, karts, recorridos en barco, paintball... Y para dormir tenéis diferentes opciones, desde alquilar un apartamento hasta dormir bajo las estrellas en un amplio camping rodeado de eucaliptos y mecidos por el sonido del mar.
Amigos viajeros... Os recomiendo que os acerquéis a esta pequeña localidad y que comprobéis el atractivo de San Vicente do Mar.