Llano Grande, un paraíso para contemplar
La Sierra Norte de Oaxaca es una de las regiones menos conocidas por el turismo nacional pero ampliamente disfrutada por el turismo extranjero que busca experiencias donde olvidar el ritmo de la ciudad y la vida diaria para perderse entre paisajes naturales y tranquilidad absoluta.
Llano Grande es una joya escondida entre una cadena montañosa muy extensa, se encuentra poco menos de dos horas de la ciudad capital Oaxaca de Juárez y no hay forma de llegar en transporte público, se necesita hacer escala en el pueblo de Cuajimoloyas o Llevar un vehículo propio. El viaje vale la pena.
Llegamos al poblado cerca de las 10 de la noche y aún así fue fácil encontrarlo pues la señalización es muy buena, además de ser el único pueblo en el camino. Al llegar te reciben en la oficina central los guías y encargados del lugar, todos son gente muy amable dispuestos a hacer de tu viaje una experiencia tranquila y agradable.
Tras el registro de regla y las pláticas iniciales acordamos ir al comedor, una cabaña en el bosque hermosa y tradicional donde la oferta de alimentos iba desde pan de trigo artesanal, hasta quesadillas y chocolate oaxaqueño. Te recomendamos pedir el chocolate y el pan de trigo, todos los ingredientes son orgánicos y preparados ahí mismo desde su cosecha hasta su transformación y estamos seguros que lo vas a notar y disfrutar en el sabor.
La noche puedes pasarla en alguna de sus 13 cabañas, 10 de adobe y 3 de madera, todas con chimenea, baño y arquitectura local que verdaderamente te hacen sentir parte de un viaje a un lugar encantado.
Cuando te decidas a salir de la cabaña y afrontar el frío de la sierra, tienes una gran variedad de opciones para disfrutar el lugar. En la oficina de atención turística puedes contratar paseos guiados a caballo o a pie, recorridos para ciclismo de montaña, expediciones a los miradores, cascadas y parajes o simplemente avisar que saldrás a caminar por el bosque para que te den consejos y te expliquen las reglas de convivencia con el entorno natural.
Nosotros partimos a las 4 de la mañana al mirador principal donde puedes observar el Zempoaltepetl, o cerro de las veinte puntas. Una experiencia maravillosa, recorrer el bosque a oscuras con un frío que cala los huesos es una experiencia que no vas a olvida fácilmente y menos lo harás cuando contemples el amanecer a 3,000 metros de altura, con un cielo claro y la neblina cubriendo las montañas. Sublime e impresionante son dos palabras que se quedan cortas para describir lo que puede observarse en ese mirador. Espectacular.
Te recomendamos este destino cuando busques desconectarte del mundo, respirar aire puro, retirarte a un entorno tranquilo donde puedas caminar y perderte entre parajes mágicos; ver, oler y sentir la naturaleza por todos lados y disfrutar la noche alrededor de una buena chimenea con una taza de café local y el cielo más estrellado que jamás hayas visto.
Llano Grande es un lugar que tienes que vivir. Solo ten cuidado, es posible que no te den ganas de partir.
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