lucrecia bertrand
Asombro
Transitabamos de San Martin de Oscos a Navia, cuando nos tropezamos con este increíble pueblo. Colgado en un monte sobre el río Navia. Solo se veian sus tejados y no encontrabamos como entrar. Al fin dimos con la entrada, pero los coches solo lo pueden hacer unos pocos metros.
Casas de piedra y pizarra. Calles angostas e inclinadas. La iglesia interesante. Veinte vecinos no muy habladores.
Las casas suelen estar unidas por corredores dado que había muchos lobos y así pasaban de una a otra sin salir a la calle.
Es un pueblo curioso.
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