El muecín llama a la oración y Salares d...
El muecín llama a la oración y Salares despierta de su letargo noctámbulo. Ese Salares, este Salares, aquel Salares, puño apretado, racimo de casas asomadas a los barrancos. Salares de jardines secretos, de alminares que apuntan enhiestos al cielo, de rincones ocultos, de sabores pasados. Salares de querencias antiguas y triunfos presentes. Salares de perfumes mudéjares, de aromas delicados, de cuestas agostadas. Salares que fue la romana Salaria Bastitanorum. Salares también fenicia y griega y cartaginesa y hondamente musulmana. Salares de rebeliones y de revueltas moriscas, de héroes y de villanos. Salares de molinos y almadrabas, y eras y caleras devoradas por el pasado. Salares cayendo sobre la ladera. Salares aleteando sobre el paso del tiempo. Salares descubierto.
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