Madera, piedra y pizarra
Cae la tarde, aunque estamos cansadas del recorrido que hemos hecho, Salardú nos espera, los colores grises y el ocaso se confunden entre las casas y el paisaje se nos presenta un tanto misterioso.
Salardú es un pequeño lio de calles, callejones, plazitas y recovecos donde destacan tres elementos: la piedra, la madera y la pizarra. De una sabia combinación entre ellos, los lugareños han sabido crear verdaderas obras de arte, como, por ejemplo, la iglesia de Sant Andreu, otra maravilla del románico aranés. Eso sí, de golpe, edificios como el del Ayuntamiento con su llamativo color bermellón hacen que la cadencia se rompa.
Os recomiendo como siempre, olvidaros del coche, dejar las prisas y disfrutar paseando de este encantador pueblo, donde de golpe, te encuentras con una de las plazas más animadas de la zona. Debe ser que como hemos venido en temporada de nieve, se nota este ambiente peculiar.
Por cierto, desde Salardú se aprecian unas fotogénicas vistas del cercano Unha. Para anotarlo en la agenda, encontrareís de todo, ya que al estar en la carretera principal que recorre el Valle, Salardú es un interesante pueblo vacacional.


