Saintes Maries de la Mer

Tengo que reconocer que me he enamorado de este pueblecito pesquero ubicado en uno de los lugares más fascinantes del sur de Francia. Saintes Maries es como el hermano gemelo de nuestro Rocío. Caballos blancos, marismas, rumba, flamencos, pero sobre todo una irradiante cultura del saber vivir, de disfrutar la vida, combinada eso si con un respeto por la naturaleza que a mi personalmente me ha conmovido.

Durante la semana que hemos pasado en Provenza, este pueblo ha sido el lugar elegido para nuestro "cuertal general", desde aquí hemos realizado todas las rutas y salidas. Y cada noche hemos deambulado felices por sus calles llenas de ritmo, de sangría, de paella, de toros, de un infinito sentimiento de alegría y de felicidad que nos recargó las pilas. Menuda fiesta!!!.

Capital de la pequeña Camarga, punto de partida de numerosas actividades al aire libre: Rutas a caballo, pesca, observación de aves migratorias, para nosotros, lo mejor, ha sido perdernos y disfrutar de una naturaleza en estado puro, como hacia mucho tiempo no encontrabamos.

No vengaís buscando campos de golf, ni apartamentos, ni urbanizaciones lujosas con todo tipo de servicios. Este no es un lugar así. Aquí encuentras paz, sosiego, playas vírgenes, masias ocultas entre la infranqueable vegetación.

Un lugar puro, 100% natural y tremendamente alegre. Sin dudarlo, de mis rincones favoritos ;)

En este pueblo hay una ermita, Nôtre Dame de la Mer, templo fortificado donde se veneran las reliquias de las santas María Salomé y María Jacobé que llegaron a este lugar procedentes de Tierra Santa junto a su esclava Sara, huyendo de los ataques contra los cristianos. La leyenda dice que en el mismo barco también viajaban María Magdalena y Santa Marta que continuaron su peregrinaje hacia otros lugares.
En el templo hay una imagen negra, Santa Sara de Kali (patrona de los gitanos).Todos los años en la última semana de mayo se celebra una romería donde acuden gitanos de muchos lugares de Francia y Europa. Alrededor de la ermita hay muchas tiendas de souvenirs y productos de artesanía e incluso vimos una tienda donde vendían trajes de gitana; pues para nuestra gran sorpresa Saint Maries de la Mer esta hermanada con Villa Manrique de la Condesa, pueblo marismeño cercano a la aldea del Rocio.
Almorzamos en un restaurante muy típico, con una pérgola cubierta de plantas y microclima que no funcionaba muy bien y a veces lo que caía era un chorro de agua en la espalda, pero hacia mucho calor. Al acercarnos al mar vimos que había una plaza de toros en el paseo marítimo y pasamos la tarde en la playa disfrutando de las tranquilas aguas del Mediterráneo.