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Ruinas de Yaxchilán

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11 opiniones sobre Ruinas de Yaxchilán

Las ruinas de Yaxchilán están e...

Las ruinas de Yaxchilán están escondidas en la selva lacandona, cerca de la frontera entre México y Guatemala. Si llegas a Frontera Corrozal desde Palenque, con la idea de seguir cruzando el río para Flores y las ruinas de Tikal, seguramente tendrás que pasar la noche en Corrozal, esperando a que se forme un grupo suficientemente grande para alquilar una lancha y pasar del lado guatemalteco.

Puedes aprovechar este tiempo para ir a conocer las ruinas de Yaxchilán. Sus dos vecinas de Palenque y Tikal le quitan un poco de esplendor, pero el hecho de llegar con una lancha por el río, viendo la selva tropical, tucanes y otros pájaros, le da algo de misterio que no se encuentra en los sitios grandes.


Tuve la suerte de conocer esta antigua ciudad maya con 40 guías que hacían una visita de ocio a las ruinas que no conocían. En su compañía pude aprender bastante. Yaxchilán significa piedras verde, y estaba aliada con el sitio de Bonampak, que está un poco más lejos en el mismo río, y Piedras Verdes. Era enemigo de Palenque.

Las esculturas del sitio están en muy buen estado de conservación, más que todo porque poca gente llega a ver el sitio. No hay museo, y poca explicación. Algunas de los bajos relieves de Yaxchilán se pueden ver en el museo de Antropología de México D.F.
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RUINAS DE YAXCHILÁN

Visitamos Yaxchilan en una excursión de un día que contratamos en Palenque.

Salimos del hotel a las seis de la mañana y conducimos unas cuantas horas hasta llegar al pueblo de Frontera Corozal. Allí montamos en una barca que nos remontó río arriba durante 40 minutos bordeando la frontera con Guatemala. Al llegar allí subimos unas escaleras y nos dispusimos a adentrarnos en medio de la jungla.


Las ruinas de Yaxchilan no son para nada las más espectaculares de México pero el emplazamiento en el que está y la dificultad de su acceso le da un aire de misticismo insuperable. Además a parte de visitar las ruinas principales, hay varios senderos por lo que caminar para descubrir restos ocultos.

La excursión a las ruinas de Yaxchilan y a las ruinas de Bonanpak nos costó 550 pesos por persona (precio de mayo de 2010).

Diario de a bordo.
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Piedras Verdes en Maya

Se encuentra ubicada sobre el río Usumacinta en la frontera entre México y Guatemala. A este mágico lugar solo se puede acceder por barco. El nombre de Yaxchilan significa en lenguaje Maya "Piedras Verdes", donde podrás encontrar unaa extensas áreas verdes y esculturas increíbles, además podrás escuchar a los monos aulladores que se encuentran en los árboles de la isla. Para poder iniciar este tour tienes que salir de la ciudad de Palenque, donde encontrarás una variedad de agencias que te pueden trasladar a este increíble lugar; el costo es muy accesible y aparte durante el recorrido podrás apreciar

La selva lacandona.
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Experiencia Fascinante

En Yaxchilán vivimos una experiencia 100% al natural, llegamos en lancha y navegamos sobre el río usumacinta, fue toda una experiencia fascinante el rugido de los saraguatos te hace sentir temor si lo escuchas por ves primera, no puedes evitar pensar en el felino más grande de América: EL JAGUAR.

Nuestra sorpresa mas grande fue cuando a solo unos 30 minutos de iniciar el recorrido nos encontramos con este bello felino nadando a solo unos metros de nuestra lancha y en plena luz del día.

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Remontamos el ancho río durante 35 ...

Remontamos el ancho río durante 35 minutos. Sólo el motor de la canoa rompía el silencio de la selva. A mano izquierda asomó entre la vegetación lo que parecía una ruina maya. Efectivamente, tres minutos después la canoa se acercaba a la orilla y paraba el motor, habíamos llegado a las ruinas de Yachitxlán. Nada más bajar ascendimos un par de metros hasta nivel de tierra y ante nosotros se apareció un gran descampado artificial en mitad de la selva que lo utilizaban como pista de aterrizaje para avionetas. Habían tres aparcadas esperando que los turistas acabaran de ver las ruinas para iniciar su vuelo de retorno hacia Palenque. Nosotros habíamos preguntado en aquella ciudad el precio de un vuelo en avioneta hasta estas ruinas y realmente te arrancaban la cabeza. Es un vuelo para turistas con pasta y que además no dispongan de tiempo para llegar en coche, que ahí es nada.

Las ruinas están muy deterioradas pero su entorno selvático y su difícil acceso le dan al lugar un encanto peculiar. De repente y a mano derecha remonta una colina que nos la tapaba la espesura de la vegetación. Se podía ascender por una gran escalinata y arriba se divisaba un gran templo. Cuando llegamos arriba nos encontramos a los yankies tumbados a la bartola en la repisa del templo, descansando de la caminata. Un olor a marihuana flotaba en el ambiente, vaya estos americanos carrozas eran unos chicos malos todavía. Lo cierto es que lo hacían bastante escondido porque mientras estuve con ellos nunca les vi fumar pero más de una vez reconocí el olor de la planta. Allí en la cima de Yachitxlán nos hicimos unas fotos en grupo y exploramos las pequeñas habitaciones del interior del templo que albergaban grandes cabezas de piedra.
Cuando salimos descansamos un rato más. Unos monos aulladores que no veíamos nos dieron un estrepitoso concierto de gritos que hacían poner los pelos de punta puesto que parecía que los tuviésemos a escasos metros. Al rato decidimos tomar un sendero que bajaba suponíamos que en dirección a las ruinas. Mientras descendíamos contemplabamos restos de edificios entre la vegetación, piedras y mas piedras. Por fin aparecimos en la base de la colina y nos pareció que continuando hacia la izquierda estaría el primer templo de la entrada. Efectivamente, allí estaba, volvimos a cruzar sus oscuros y húmedos pasadizos iluminándonos con mi pequeña linterna hasta que dimos con el final de la laberíntica salida, o entrada depende del lado que la mires. Caminamos el kilómetro que nos separaba de la pista y llegamos justo a tiempo de ver despegar las dos últimas avionetas que faltaban por hacerlo. Maravilloso ruido, no creo que muchos animales quedaran por la zona después de estruendo semejante, los monos aulladores eran suaves en comparación a los decibelios que soltaban esos cacharros.
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Información Ruinas de Yaxchilán