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Roncesvalles, el refugio para los peregrinos del Camino de Santiago

3 opiniones sobre Roncesvalles, el refugio para los peregrinos del Camino de Santiago

Comer en Txiki Polit

Es un viaje precioso al inicio del Camino de Santiago francés, por donde entraban los peregrinos a España. Paisajes naturales espectaculares, bosques de hayedos y helechos. Allí está la Colegiata Real del s. XIII. En la sala capitular, junto al Claustro, está la tumba de alabastro de Sancho IV, el fuerte, un gigantón impresionante y brutote que venció a los moros en la batalla de las Navas de Tolosa. Las cadenas con las que se los trajo cautivos penden de una pared, y son las cadenas que figuran en el escudo de Navarra.
Es tierra de historias de Carlomagno, su sobrino Roldán el de la Canción, que inspira la literatura caballeresca y el mito artúrico (ya sabes la búsqueda del grial y esas cosas, Lancelot y Ginebra, los caballeros de la tabla redonda).

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Roncesvalles, el refugio para los peregrinos del Camino de Santiago

Excelente

Roncesvalles siempre dio la bienvenida a todos los peregrinos que se refugiaban en este lugar para recorrer el Camino de Santiago
Lugar de reposo y curación, de oración y alimento, Roncesvalles era el descanso de los peregrinos que procedían de la ruta jacobea de Francia. Hoy en día, si recorremos los Pirineos navarros, este lugar se convierte en visita obligada para pasear por sus jardines y contemplar la belleza de la Colegiata de Roncesvalles.
Aunque no seas peregrino, este rincón resulta imprescindible para visitarlo alguna vez en la vida. La neblina que envuelve todo el valle, la naturaleza que rodea a Roncesvalles, el sonido incesante de los peregrinos que vienen y se van para proseguir el Camino de Santiago o, incluso, los cantos gregorianos de los monjes si tenemos la gran suerte de escucharlos cómo ensayan, son experiencias qué también vivirás siendo, simplemente, un visitante.

Si, además, está envuelta en una ligera neblina y la cubre una fina lluvia, Roncesvalles adquiere una imagen muy especial. Es punto de encuentro en el Camino de Santiago, tanto para los que comienzan su peregrinaje desde tierras españolas cómo para los que proceden de la ruta jacobea francesa.
Por su situación geográfica siempre se convirtió en el punto de entrada a la península de otros pueblos procedentes de Europa: celtas y romanos. Cuando en el año 813 se descubrió la tumba del apóstol Santiago, Roncesvalles se convirtió en un lugar de entrada al Camino de Santiago español para visitar la tumba del santo.
El camino jacobeo entraba en España a través de Luzaide-Valcarlos. Después de un durísimo ascenso se llegaba al alto de Ibañeta donde en el año 1.071, un ermitaño creó un hospital y un templo para atender a los peregrinos cansados y heridos. Cuando llegaba la noche, este buen hombre se dedicaba a tocar la campana constantemente para ayudar a los más rezagados a encontrar el templo para que no se perdieran en el camino.
Sin embargo, muchos peregrinos no llegaban a Roncesvalles pues morían de frío, cansancio o atacados por los lobos. El ermitaño curaba sus heridas, les proporcionaba alimento y un lugar para la oración y el descanso. Muchos peregrinos del Camino de Santiago, cuando regresaban, le proporcionaban interesantes donaciones.
La Colegiata de Santa María de Roncesvalles fue construida entre los siglos XII y XIII con claras influencias del gótico francés. Si nos dirigimos hacia la sala capitular veremos que hay una pequeña capilla donde podemos ver la tumba del rey Sancho III.
Este rincón resulta muy acogedor ya que, además, de la bellísima figura del rey, está iluminado por una hermosa vidriera de colores donde se representa la batalla de las Navas de Tolosa. El rey Sancho III al vencer al príncipe musulmán recogió sus mazas y cadenas que las podemos ver expuestas aquí, junto a las armas de otro héroe: Roldán.
Otro de los elementos que destacan en la Colegiata de Roncesvalles es la Virgen. Una figura con bonitos ojos rasgados y un semblante muy tierno. Cuentan que, durante la invasión de los musulmanes, los monjes escondían esta imagen para evitar que fuera profanada. Pero todas las mañanas, la Virgen volvía a aparecer en Roncesvalles, por lo que consideraron que era la señal de que deseaba allí su iglesia.
Cuando salimos al jardín podemos optar por entrar en el Museo de Roncesvalles donde podremos admirar el famoso Ajedrez de Carlomagno. Según cuenta la leyenda, mientras Carlomagno jugaba con este ajedrez hechizado contra un rival musulmán, las tropas sarracenas atacaban en una emboscada a su ejército y mataban a su sobrino Roldán.
Terminamos nuestro recorrido en el edificio más antiguo de este conjunto de Roncesvalles, el Silo de Carlomagno. Aquí están enterrados los peregrinos y los soldados que murieron en las batallas del valle. Hay una capilla donde podemos contemplar numerosos huesos amontonados. Y si nos dejamos llevar por la imaginación, incluso podremos ver cómo hay un rostro que se asoma entre las rejas que parece que nos invite a entrar.
Para tranquilizarse hay que salir al exterior y dejarse llevar por el silencio, las historias y las leyendas de este lugar y…respirar.
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