En el corazón de la naranja.
En plena zona citrícola las aguas del Río Ramos bañan los valles de Allende y refrescan las memorias de viejos y niños que conocen sus rincones. Parece que su curso todavía recuerda los caminos de aldeas de los primeros pobladores de la región y nos promete su permanencia para las nuevas generaciones