Fernandoo
Un sitio de imprescindible visita en...
Un sitio de imprescindible visita en Estocolmo donde comer, cenar, tomar un café, una copa o un cocktail. Cualquiera de estas cosas se puede hacer de una manera casi perfecta aquí, en un enclave único y con unos productos y servicios de gran calidad. No es excesivamente caro, pero tampoco es lo más barato del mundo, pero el que vaya no saldrá defraudado.
Los precios varían según lo que deseemos hacer. Así, comer sale -al cambio- por unos 25-35 euros persona, con una carta de gran variedad entre carnes y pescados y numerosos entrantes para picar. El precio es más o menos parecido para cenar.
En cuanto a las copas, un cocktail viene a costar 8 euros y una copa 7. Si pedís un cocktail, es recomendable el Fidel Castro, aunque la carta es bastante amplia.
También hay gran variedad de cafés y tés.
El local está situado prácticamente en la orilla de enfrente a la isla de los museos, en Gamla Stan (hay parada de metro). Está justo a la orilla del canal, por lo que las vistas son inmejorables. Tiene dos salones interiores donde se puede comer y cenar con gran tranquilidad y en un ambiente no demasiado recargado. Además, hay dos terrazas amplias, una en la que se puede comer y otra más desenfadada para cafés y cócteles. Ambas están bien acondicionadas con estufas y toldos para no pasar frío.
En la terraza de los cócteles, para diferenciarla, encontramos no sólo sillas sino que también hay pequeñas camitas, sillones largos y colchones para estar aún más a gusto mientras saboreamos un trago. Además, dejan mantas para calentarnos. Si el frío aprieta, también hay un pequeño saloncito con mesitas bajas en el que estar.
El sitio es muy recomendable por calidad, situación, servicios, comodidades, relación calidad-precio... todo.
También hay gran variedad de cafés y tés.
El local está situado prácticamente en la orilla de enfrente a la isla de los museos, en Gamla Stan (hay parada de metro). Está justo a la orilla del canal, por lo que las vistas son inmejorables. Tiene dos salones interiores donde se puede comer y cenar con gran tranquilidad y en un ambiente no demasiado recargado. Además, hay dos terrazas amplias, una en la que se puede comer y otra más desenfadada para cafés y cócteles. Ambas están bien acondicionadas con estufas y toldos para no pasar frío.
En la terraza de los cócteles, para diferenciarla, encontramos no sólo sillas sino que también hay pequeñas camitas, sillones largos y colchones para estar aún más a gusto mientras saboreamos un trago. Además, dejan mantas para calentarnos. Si el frío aprieta, también hay un pequeño saloncito con mesitas bajas en el que estar.
El sitio es muy recomendable por calidad, situación, servicios, comodidades, relación calidad-precio... todo.
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