Mala calidad y poca seguridad
Una de las peores experiencias que puedan vivirse en un restaurante. No solo es que no dispusieran de carta de alérgenos, sino que quien decía ser el metre, mantuvo en todo momento una actitud irónica sobre el tema, intentando ridiculizar al preguntar sobre los ingredientes y posibles alérgenos en los alimentos.
Desde el propio restaurante, ante el espectáculo deporable del metre, se llamó al gerente que estaba en Madrid, pues esto ya había sucedido en varias ocasiones. Incluso llegó a afirmar que no tenia obligación de tener carta de alérgenos. En varias ocasiones nos animó a comer en otro sitio, para evitar tenernos como clientes. ¡Un auténtico desastre y bastante peligroso!
Desconocen totalmente el tema de alergias, el cocinero no se dignó en ningún momento a hablar con nosotros ni mostró ninguna sensibilidad sobre el tema. Los propios compañeros y clientes estaban escandalizados.